1816


ANDRÉS MAROTE TREJOS


el método mat


“La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo”.


Dylan Thomas



1816: una novela gótica

Mat no soporta el ruido, tiene miedo a los humanos, y quiere estar solo. Por eso, poco después de ser construido, se esconde en el bosque durante siglos, hasta que pasa el fin del mundo y, sin nadie que le moleste, sale a caminar. Frágil autómata, torpe inteligencia artificial, ya no tendrá por qué preocuparse. Pero la vida siempre encuentra un camino, y Mat, que tiene miedo a todo lo que existe, tendrá que lidiar con los azares y contradiciones del arte de vivir.


Esta novela se nutre del evento histórico de junio de 1816, en que una tormenta encerró por varios días a cinco personas en Villa Diodati, una casa junto al lago de Ginebra. Después de leer un libro de historias de miedo, Lord Byron lanzó el desafío: cada uno debía escribir su propio relato fantasmagórico. Entre otros textos, debemos a este instante la existencia de Frankenstein, de Mary Shelley.


Aunque ocurre muchos siglos después, 1816: una novela gótica toma este evento como punto de partida para construir una parábola, en un mundo oscuro y vacío, del significado de la vida, la imaginación y la esperanza.


Taller de creación literaria

Toda persona es un buen escritor en potencia. La clave está en comprender que los otros autores nos ofrecen diversos modelos de comportamiento, pero no son ellos, en sí mismos, el modelo. El oficio de escribir, y de hacerlo bien, es más el resultado de un trabajo de descubrimiento y transformación que de un proceso de “copiar y pegar” prácticas ajenas. Los buenos libros se caracterizan por tener, aún si repiten los temas de siempre, una manera única de decir las cosas.


Ahora bien, esto no se consigue en forma solitaria. Tal como lo demuestra el evento de Villa Diodati, junto con muchísimos otros ejemplos de relaciones significativas en la historia de la literatura, el “mira con quién andas” sí que influye en un “y te diré qué escribes”. Las personas que acompañan nuestro oficio de escritura son, sin duda, piezas clave en la construcción de un estilo propio.


En el taller de creación literaria tenemos clases semanales en las que, cuaderno en mano, practicamos diversas técnicas narrativas que llevamos más allá del límite, desarrollando una manera de escribir única e irrepetible, basada en la voz auténtica y honesta de cada uno de los participantes.

Curso: Un lenguaje para el alma

Si leíste hasta aquí, ya habrás notado que creo firmemente en que la unión hace la fuerza. Mat, el protagonista de mi novela, descubre el poder de la relación en un mundo desolado; el oficio de escritura, por su parte, es todo menos un asunto solitario. ¿Te gustaría ser parte de nuestra comunidad?


“Un lenguaje para el alma” es un programa de 36 semanas en que, en un entorno seguro, exploramos la escritura a la luz de sistemas simbólicos como la astrología y el tarot. Aunque éstas son herramientas tradicionalmente asociadas con la adivinación, en nuestro caso nos permiten vivir un proceso de autoconocimiento y crecimiento personal que nos ayuda a dar forma, desde la espiritualidad y la autenticidad, a nuestra voz y nuestra figura como escritores.


La columna vertebral de este programa es lo que yo llamo el Método Mat. Inspirado libremente en la carta “El loco”, este método explora el concepto del Viaje del Héroe y lo enriquece con la astrología y el tarot, así como con otros sistemas como la alquimia y la mitología, convirtiendo este popular modelo narrativo en una herramienta profundamente efectiva no solamente para escribir, sino también para la vida práctica.


Aparte de los 36 módulos pregrabados, varias veces al mes nos vemos para compartir tanto nuestros procesos de vida como nuestros avances con las técnicas de escritura. Como resultado, damos forma a una comunidad que hace una diferencia determinante en el desarrollo de nuestra vocación como escritores y en la materialización de nuestro propósito de vivir en forma presente y auténtica.

Este soy yo.

Leer y escribir fue siempre el mejor de todos los juegos. En casa había muchos libros, y ninguno escapó a mi curiosidad; ni siquiera el diccionario, ni los manuales de ortografía y gramática. Todo lo devoraba por el gusto de hacerlo. También escribía cuentos, desde muy pequeño, y los leía al jardinero. Él escuchaba mis relatos mientras desyerbaba el jardín.


Hay dos grandes claves para, de adultos, recordar nuestra esencia: lo que nos hacía felices cuando éramos niños, y lo que decíamos que haríamos cuando fuésemos grandes. Yo decía que sería arqueólogo. Más tarde, con doce años, tomé la decisión de dedicarme profesionalmente a la escritura, y no pasé ni de cerca por la carrera de arqueología… Sin embargo, no puedo negar que esas dos cosas sostienen mi vocación. Uso la escritura para hurgar y escarbar en los rincones más profundos; y, por cierto, amo desenterrar hechos del pasado y jugar con ellos en mis libros.


Dicen que son necesarias tres cosas, como mínimo, para sostener algo. La búsqueda espiritual es la tercera pata que sostiene mi taburete. Todo empezó a los seis años, cuando fuimos invitados a una misa espontánea en una playa escondida, donde acampábamos. Bosque adentro, unos cuantos frailes acampaban también. Fue una experiencia impresionante en torno a una simple hogaza de pan. Desde entonces esa búsqueda me ha llevado a través de un hermoso e indescifrable laberinto, en cuyos pasadizos voy encontrando distintas maneras, ¡incluso contradictorias, como la astrología y el tarot!, de preguntar lo mismo.


¿La respuesta…?


No tengo prisa por encontrarla. Preguntar es caminar, y ese camino es impredecible, como la línea curva que da forma al signo de interrogación. La respuesta será el punto final donde aterriza ese camino.


Ya llegaremos. Por lo pronto, preguntar es el juego.


Escritor, arqueólogo, buscador espiritual. Son, desde niño, mis tres amores, y como dijo Dylan Thomas, “la pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo”. Sigue siendo un juego, y por eso le pongo todo el corazón. No tenemos capacidad para tomarnos en serio las cosas serias; pero sí lo podemos hacer con los juegos que jugamos. Aún las personas que menos saben enfocarse en la vida, cuando juegan, realmente se enfocan y, muchas veces, ganan.


¡Si entendiéramos que la vida es un juego! Dejaríamos de perder tanto tiempo aprendiendo de memoria las reglas, y nos meteríamos de lleno en el tablero.


Esas son las tres cosas que sostienen mi juego. Mi taburete.


¿Cuál es tu taburete?



Andrés Marote Trejos

Escritor

Coach/mentor de escritura

Creador del programa Un lenguaje para el alma: escritura, astrología y tarot como herramientas de autoconocimiento y crecimiento personal

Creador de El Método Mat

Autor de Bala perdida (Guayaba Ediciones, 2019) y 1816. Una novela gótica (Libros Indie, 2022).

Co-autor de 15 miradas a la libertad (Almuzara, 2022) y Amor en un lenguaje diferente (Libros Indie, 2022)



TESTIMONIO


Mi nombre es Leslye Rendón y soy una escritora colombiana que comenzó su carrera profesional en 2021. Aunque llevo poco tiempo, ya he tenido la oportunidad de publicar cuatro libros colectivos en España. Sin embargo, nada de esto habría sido posible sin la invaluable guía y apoyo de Andrés Marote, un ser sabio con amplios conocimientos, vocación, compromiso y responsabilidad. No estoy hablando simplemente de un mentor o coach, sino de alguien que va más allá. En él encuentro no solo a un profesional, sino a alguien que verdaderamente se preocupa por mí, alguien capaz de reconocer mi esencia y potenciar mis habilidades, dones y capacidades. Él me escucha y valora mi humanidad, elevándome hacia mi máximo potencial.

Por supuesto, he pagado por sus servicios, pero la inversión ha sido mínima en comparación con todo lo que he recibido a cambio. Sin lugar a dudas, Andrés Marote es la persona con la que estaría encantada de desarrollar cualquier proyecto de escritura.

Leslye Rendón

Escritora y Coach

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